El Ayuntamiento de Barcelona después de numerosos estudios, propuestas y con un proyecto ejecutivo para desarrollar los túneles de la Plaza de las Glorias determina que la licitación, o precio de referencia del coste de ejecución de esta obra se de 79,6 M€. Después de un proceso de evaluación adjudica este proyecto por 60 M€. La primera pregunta que hay que hacer: ¿Es posible hacer el mismo proyecto por 19,6 M€ menos? Si la respuesta es sí, entonces, ¿porque el precio de referencia es tan diferente ? Qué tipo de proyecto ha aprobado el Ayuntamiento que evalúa en un exceso superior al 24% el coste real de las obras. Si la respuesta es no, la pregunta a continuación es: ¿qué pretende la Administración contratando trabajos por debajo del coste real ? ¿hay que asumir este riesgo?
La auditoría encargada quiere determinar las causas de los desvíos económicos y en plazo de la obra, y parece que señala responsabilidades a la UTE constructora y a la ingeniería. Puede haber cuestiones concretas incorrectas en ambos intervinientes, y no es el objetivo de este escrito disculpar, pero me permito señalar como gran responsable de esta situación a la legislación Española de Contratación Pública, la LCAP y su singular aplicación. En el siglo XXI el coste de las obras y los proyectos es perfectamente determinable objetivamente. Todavía somos de los pocos países desarrollados del mundo que contratamos proyectos y obras con diferencias tan grandes entre el valor de licitación y el de adjudicación. Razón por la cual a pesar de los buenos momentos que ha tenido este sector, ninguna empresa extranjera ha podido trabajar en nuestro país con este “singular sistema”.
La directiva Europea de contratación de servicios 24/2014 señala claramente que la oferta económicamente más ventajosa no tiene porque coincidir con la más económica y que en el caso de la contratación de proyectos es admisible fijar el precio del mismo y competir en calidad. La Administración tiene la obligación de optimizar los recursos del contribuyente y evitar situaciones como esta. ¿Qué tipo de gestión es subastar los servicios ? La eficiencia del gasto público no puede estar basada en el ahorro de recursos a expensas de la calidad. El precio determina la calidad y, a menudo, estamos contratando al precio más bajo. En el caso de los proyectos, para llevarlos a cabo eficientemente requieren los recursos precisos, ni más ni menos.
Las fases de diseño determinan la viabilidad, rentabilidad y resultado final de un proyecto, y representan un coste relativo bajo. Los recursos no invertidos en esta fase implican riesgos que a menudo traen malas consecuencias económicas y, lo que es más grave, comprometen el resultado final del proyecto. En España destinamos de media entre un 3 y un 5% del volumen de la inversión a los servicios de ingeniería, en Europa la media está entre un 8 y un 10%. Este dato es otro de los riesgos que la Administración asume trasladándolos generalmente a la sociedad.
Josep Túnica, presidente de ASINCA